La vida de los músicos suele tener episodios inolvidables, escenarios en los que se posibilita la fraternización con leyendas que se consideraban lejanas, momentos de gloria y registros que atraviesan los umbrales del tiempo. Son vidas privilegiadas con el don de hacer música, para lo que se requieren condiciones especiales, tanto anatómica como espiritualmente.
Algunos sucumben ante las diversas tentaciones y dejan que su talento les esclavice para beneficio de terceros. Otros, logran llevar una vida basada en el profesionalismo y la disciplina y no se permiten protagonizar escándalos. Pero pocas leyendas musicales tienen tantos privilegios o bendiciones como las que ha recibido un hombre que nació el 11 de diciembre de 1927 en Brooklyn, bajo el nombre de Dante Antonio Molina, para dejar en su paso por la vida el recuerdo de una sincera amistad a todos a quienes ha conocido.
Un hombre con una vida familiar sosegada y llena de amor. Dueño de una vitalidad y una lucidez que le permite recordar con exactitud letras de canciones, fechas, momentos claves de su vida artística y detalles sobre otras luminarias del pentagrama latino.
De su primer matrimonio nacieron sus hijos Bobby, Steve, Ray y su hija Melody. Su primera esposa falleció hace más de veinte años. Actualmente vive con Rebecca, su segunda esposa y la persona que lo impulsó a regresar a los escenarios y dar de nuevo vida al mito Tony Molina, leyenda viva de la época dorada del Mambo, pero también testigo del desarrollo de nuestra música a través de décadas, de todas las décadas.
ABRAN PASO, CABALLEROS, QUE MOLINA VA A INSPIRAR
Podría trazarse un interesante curso para navegar a través de la vida de Tony Molina utilizando la enumeración estricta de las orquestas y grupos con los que ha tenido la oportunidad de trabajar. Cuando se le oye hablar de sus experiencias profesionales expresa que ha sido un ser afortunado al haber podido conocer a tantas personalidades del mundo del espectáculo de todos los tiempos que resultaría casi imposible nombrarla a todas. Ya sea por vinculaciones de tipo laboral o encuentros que debían presentarse en el normal desarrollo de su carrera.
Empezó a los 15 años cantando en fiestas particulares y conformó su primer grupo llamado Alma Boricua con César Carrión. Posteriormente conformó un trío con Federico “Fico” Maldonado, padre de Ricardo Ray y Ray Maldonado.
Como el gran artista que siempre ha sido llegó al Palladium Ballroom como cantante de la Orquesta de Joseíto Román, en la cual militaban también Ray Santos, Joe Caín y Johnny Conquet. En su primera salida le abrieron el show a Machito y sus Afrocubans. En este escenario pudo recibir de primera mano la influencia de las grandes bandas del propio Machito, Tito Puente, Tito Rodríguez, César Concepción, Cortijo y su Combo, que se presentaban en aquel mítico escenario. En 1944 cantaba para la orquesta de Frank Vestrie.
Una catapulta en el desarrollo de su labor fue su encuentro con José Curbelo, a cuya orquesta llega por intercesión del tío del pianista cubano quien lo recomienda ante la salida del cantante Gilberto Monroig. Molina fue sometido a prueba y lo primero que preguntó el director fue si conocía los números de su orquesta, el joven cantante le pidió que tocara Paula, luego Sacando Polvo en la Humedad, los que interpretó con solvencia, cosa que dejó atónito a Curbelo, quien de inmediato le dijo dónde conseguir los uniformes y a la semana siguiente, Tony Molina ya era uno de los vocalistas de la agrupación. Su voz se encuentra en 4 discos del maestro cubano, entre los que se cuentan “Make Mine Cha Cha Cha” y “Wine, Women and Cha Cha”. Mientras hacía parte de la orquesta de José Curbelo, tuvo la oportunidad de presentarse en el Teatro Apollo. Allí conoció a Ella FitzGerald.
MAMBO NO TAN SOLITO
En 1956 lideró su propia orquesta tras su salida de la de José Curbelo y antes de ingresar a trabajar con Alfredito Levy. Con su propia agrupación, grabó los temas La Peluca y Ya No Te Puedo Querer. Los integrantes fueron: Tony Molina, cantante y líder; Paquito Dávila en la primera trompeta; Mario Cora en la segunda Trompeta; Bobby “Daddy” Rodríguez en el bajo; Monchito Muñoz en las congas; Johnny Rodríguez Sr. en bongos y conga; Luis Lija Ortiz en el tres y Ray Coen en el piano.
Al contraer compromisos con Alfredito Levy, se dio inicio a una estrecha relación que trascendía lo profesional y alcanzaba los linderos de la amistad. Levy le permitía grabar con otras agrupaciones sin problema alguno. Con el timbalero, se recuerdan los números vocalizados por Molina: Quivicán, Anabacoa o Compadre Pedro Juan. Compartió escena con músicos de la talla del bongosero Paul Mass y el timbalero George Laguna. Algo que siempre recuerda el cantante es que estando con la Orquesta de Alfredito Levy, conoció a Sammy Davis Jr. en alguna de las presentaciones.
A continuación se enumeran algunas de las orquestas por las que ha pasado el maestro Tony Molina, que no necesariamente obedecen a un salto cronológico preciso. Con esto se pretende ilustrar un poco sobre la magnitud del artista. De cada nombre citado se desprenden esbozos de una experiencia que su fresca memoria conserva con claridad alucinante.
Johnny Conquet – Estudiaron juntos en la escuela superior. Trabajaron en el sello de Conquet Estasy y produjeron el disco “Aha! Let’s Pachanga” para Juanucho López. Con el pianista grabó el disco Sin Egoismo, en el que el cantante principal era Raúl Marrero (1950), con el respaldo de Mario Cora, Baby González y Joe Quijano entre otros. Se destacó su interpretación de los números Mambo Solito y Trago Fuerte.
Juanucho López – bajo la tutela del sello Estasy de Johnny Conquet, participó con el timbalero en el disco Aha! Let’s Pachanga, con las voces de Mon Rivera, Carlos Villarini y el propio Tony Molina, vocalizando a coro con los otros dos cantantes.
Rafael Bouffartique – Grabó el disco Charanga Pachanga del sello Columbia, cuyos números fueron vocalizados por Frank Souffront, Yayo El Indio y Tony Molina quien se destaca en Guapachá en Órbita, A Saltar la Reata, Un Lejano Amor, Charanga en Puerto Rico, Que Siga el Ritmo, Charanga Road March, Morena Escultural, Llegó La Pachanga y Volveré Cielo Azul. En estos temas comparte la vocalización con Souffront y Yayo. También con este gigante del teclado grabó el número El Guaguanká de Federico.
Tito Puente – Con el Rey del Timbal grabó el álbum Cuban Carnival, destacándose en la parte coral del número Oye Mi Guaguancó.
Sexteto La Playa – cantando junto a Vitín Avilés en cuatro temas.
Joe Cuba – Con José Gilberto Calderón grabó el trabajo I Tried to Dance All Night, que incluyó el tema Soy Pilongo, en el que sobresale la voz de Tony Molina.
Ramón Argüeso – Trabajaba con él en el Roseland Ballroom 6 días a la semana, conoció a Harry James, Benny Goodman, Duke Ellington, Count Basie entre otros del jazz. Grabó con esta agrupación los temas Oreja Mocha, Santiago de Cuba, El Quinqué. Esta relación duró hasta 1990.
Héctor Rivera – A esta orquesta llegó por recomendación de Vitín Avilés. El trabajo Lo Máximo estaba por culminar su producción y faltaba la voz, por lo que Molina no tuvo contacto con los músicos participantes, entre los cuales estaban Héctor Lavoe, Vitín Avilés, Meñique, Israel Cachao López, Luis Mangual y José Madera entre otros. Con este gran pianista y arreglista, Tony Molina grabó en el disco Lo Máximo la totalidad de los temas: Con Su Permiso, Tumba el Quinto, Poco a Poco, Que Sabrosa, Morenita, Rincón Caliente, Bésame Aquí, El Bobo de La Yuca, Vendaval sin Rumbo y Con Agua no se Camina.
Con Randy Carlos grabó el coro en el número Smoke.
Con Ray Barretto, cantando junto a Heny Álvarez. Se cree que puede tratarse del álbum La Moderna de Siempre, en formato de charanga.
Cuarteto de Tony Molina (1971) – Lideró un cuarteto con el que amenizaba bailes y dejó registradas dos piezas tituladas Chanchullo y Para Bailar Mambo. Este cuarteto contó con la participación de: Tony Molina, cantante y líder; Alfredito Levy en el timbal; Pete Kalinsky en el bajo; Al Israel en el piano y arreglos.
Carlos Quintana – Desde 2002 ha trabajado con un quinteto de Salsa junto a este pianista peruano con el cual ha interpretado los temas It’s Impossible/Somos Novios y Elegy. Carlos Quintana tiene la particularidad de ejecutar con la mano derecha el piano y con la izquierda un bajo de teclas adaptado especialmente, todo esto al mismo tiempo. La banda no sólo actúa como quinteto sino que en ocasiones ha ampliado su plantilla hasta convertirse en orquesta. Este grupo lo integra el saxofonista de Jazz norteamericano Ronnie Crumbley y en los timbales Dennis Sambolin.
ANDO BUSCANDO RUMBEROS QUE ME SEPAN ACOMPAÑAR
En 2012 visitó Colombia, gracias a la invitación del Festival Salsa al Parque de Manizales y las gestiones adelantadas por el percusionista, coleccionista, programador radial y disc jockey Rubén Toledo, Tony Molina logró por fin realizar un sueño para él y sus seguidores en el país. Ante una muchedumbre procedente de diferentes ciudades del país Tony Molina revivió los tiempos de gloria al lado de las leyendas que él ayudó a inmortalizar. Su voz seguía increíblemente intacta y su vitalidad dejó en los asistentes un recuerdo para la historia y una experiencia para sus vidas.
Posteriormente, repitió el éxito arrollador de su presentación en Bogotá. El Grupo La Llave, dirigido por Toledo y Germán Villarreal, que le acompañó en ambas presentaciones, impresionó por su acompañamiento fiel al sonido de las bandas que en diferentes épocas acompañaron al maestro.
Conocer a Tony Molina es una experiencia mágica. Es tener un fragmento importante de la historia musical latina en frente y a la vez es congraciarse con la vida misma, por la paz que dejan sus sabias palabras. No obstante, su buen humor mantiene en perfecto equilibrio su carácter disciplinado. Un maestro que deja su investidura de artista de gran historial para convertirse, fuera de las tarimas, en ejemplo para su familia y amigos. Un ser humano hermosamente conmovible que siempre tiene tiempo para un consejo, atender a los demás. Un verdadero ejemplo como artista. Una verdadera leyenda viva.
Ahora el gran Tony Molina después de 44 años que no grabar, nos presenta el tema “Ya No Te Puedo Querer” acompañado por el Grupo La LLave dirigido por Rubén Toledo con la dirección musical de Germán Villareal, incluido en el CD Your Moment, Latin ” Tu Momento, latino” donde nos muestra su estilo de soneo único y que en pocos meses se ha convertido en todo un éxito.
Biografía escrita por Diego Andrés Aranda