Algunas de sus obras fueron, los boleros “Adiós para siempre”, “Cita en tinieblas”, “Ódiame”, “Mi oración de amor”, “No te marches nunca”, “Yo sé de una mujer”, “Juré amarte” y “Mi fe perdida no vuelve más”, las guajiras “Amanecer”, “Anhelo cubano”, “Ilusión guajira”, “A la mujer cubana”, “Cadencia tropical” e “Idilio del palmar”, los sones “Olivia”, “Virgen de la caridad”, “Musa desconocida”, “Marieta”, “Flores a Maceo y Flores a Martí”, “Yo soy Hacha y Machete”, “De donde serán” y “Eso no es na”, la conga “Dale como es”, las guarachas “Se fundió Vitico”, “Flor criolla”, “Ay, qué tiene ella”, “Qué vivo eres” y los pregones “Maní crocante” ,”El florista”, “Cintas de todos colores”, “Pregón de la cigarrera” y “El tomatero”. Graciano nace el 28 de Febrero de 1895 en La Habana, Cuba.

Durante 32 años hizo parte de las filas de la familia Matancera (1944-1976), donde vivió los años más dorados de la agrupación, esto mientras hacía acompañamientos a estrellas como Bobby Capó, Olga Guillot, La Lupe y Daniel Santos. Además, dejó referentes composiciones como “Baila Yemayá”, “Mata Siguaraya”, “´Óyela, gózala”, “Afecto y cariño”, “Vuelve muñequita”, “Bésame puchunguita”, “Encanto de mujer”, “No tienes corazón”, “Guíllate”, “Oye este mambo”, “Convencida”, “Vamos todos de pachanga”, “Rumba en navidad” y “Pan de piquito”. Lino había nacido el 10 de Abril de 1915 en La Habana, Cuba.

Gracias a su creciente popularidad, fue invitado por la prestigiosa radioemisora XEW en su inauguración, pero se afianzó como pionero radial inaugurando otras emisoras como “Radio El Mundo” en Buenos Aires y “La Cadena de las Américas” de la Columbia Broadcasting. Al gran Arvizu se debe el descubrimiento de leyendas del bolero como Mario Clavell en Argentina y nadie menos que Agustín Lara, a quien conoció contratanndoló en una de sus casuales presentaciones. Su amor por el bolero fue muy fuerte, pero también lo fue así con el tango, género que lo llevó hacia tierras Argentinas desde su primera gira en 1935 con grandes gestas junto a la RCA Víctor y residiendo allí inicialmente por mes y medio, tiempo que se extendió a 18 años. Protagonizó filmes cinematográficos en México (“Santa” y “Reir llorando”), y en Cuba (“Ahora seremos felices”) en la cúspide de su carrera. Su voz inmortalizó letras de autores como Mario Clavell, el jibarito Rafael Hernández, Enrique Fábrega, Carlos Vieco, Agustín Lara, Gonzalo Curiel, entre otros. Fue secundado por orquestas de alta fidelidad como la Pan-American Orchestra, la Orquesta de Chucho Zarzosa, la de Vieri Fidanzani, las de George Andriani, Antonio Escobar, la Tropical de Guillermo Posada, la de José Briseño, Francisco Lomuto y su Orquesta Típica, la de Juan S. Garrido, la Marimba Panamericana, la Orquesta de Eduardo Vigil y Robles, la Orquesta Fascinación, la de Rafael de Páz, e incluso la Habana Riverside de Cuba. El enorme Arvizu fallece a los 85 años, el 19 de Noviembre de 1985.

En materia autoral, su primera composición fue el vals “Ensoñación”, al que le siguieron títulos como “Mi Magdalena”, “Sinceramente”, “Mañana vendrás”, “De mi depende”, “Rosita se está bañando”, “Río Cristal”,”Mi tierra mexicana”, “Somos”, “Te vi llegar”, “Llegó el amor”, “Menos que nada”, “Chacha linda”, “Cobardemente”, “El Naranjo”, “Ya me voy lejos”, “Terroncito Terroncito”, “Me duele el corazón”, “A bailar el cha cha cha”, “Pimpollo”; y quizá la obra que más satisfacciones le brindó, como lo ha sido “Dos arbolitos”, un huapango que ha sido grabado por renombrados artistas y agrupaciones locales e internacionales, y en diferentes ritmos. Chucho incursionó también en la época dorada del cine mexicano a finales de la década de los cincuenta, al ser reconocido por los filmes “Teatro del crimen” (1957), “El diario de mi madre” (1958) y “El hombre del alazán” (1959). Su vida se significó en viajes y estancias en Cuba, Puerto Rico, Canadá y los Estados Unidos; y un sinnúmero de condecoraciones entre los que destaca la medalla Agustín Lara y Diploma de Honor de la Sociedad de Autores y Compositores de Música (SACM). Chucho llegaba al mundo el 19 de Diciembre de 1917 en Puebla, México. UN SALUDO CELESTIAL!

A finales de los cincuenta tiene la oportunidad de presentarse en la isla de Cuba y es nombrada profesora en el Conservatorio Alejandro García Caturla. Actuó junto a la Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta de Cámara Nacional realizando giras por diferentes países del continente europeo y asiático, se exilia en Estados Unidos a mediados de los setenta presentándose en los cincuenta estados norteamericanos y establece residencia en la ciudad de Miami. Por sus manos pasaron las mejores obras clásicas de Beethoven, Chopin, Liszt, la música de Chico O’Farrill, Silvio Contreras, Ernesto Lecuona y los danzones de Abelardito Valdés, Antonio Sánchez “Musiquita” y Antonio María Romeu. Zenaida Manfugás había nacido el 22 de Febrero de 1932 en Guantánamo, Cuba.